MI HISTORIA
Mis raíces pampinas
Nací en la oficina Victoria, en pleno corazón de la pampa salitrera, el mismo lugar donde también nacieron mis padres. Vengo de una larga tradición pampina que se remonta a mis bisabuelos. Mi abuela materna nació en la oficina Alianza y más tarde se estableció en Victoria, al igual que mis abuelos paternos, que también hicieron de ese lugar su hogar. De esas generaciones heredé lo que distingue a los pampinos: la solidaridad, la fuerza del trabajo y la resiliencia frente a la adversidad.
Mi familia ha sido siempre el pilar de mi vida. Mi padre, Luis Astudillo Ardiles, fue dirigente estudiantil, luchó contra la dictadura y más tarde dedicó su vida al servicio público, liderando la erradicación de campamentos y apoyando a las familias tras el terremoto. Mi hermano, Luis Astudillo, es reconocido en Tarapacá como el “doctor del pueblo”, por haber puesto su profesión médica al servicio de la comunidad. De mi madre y mi hermana aprendí la fortaleza silenciosa y el cariño que sostienen cada lucha. Y de mi hijo, Maximiliano, mi motor de vida, nace la fuerza que me impulsa a hacer lo imposible y a soñar con una región más justa.
Mi raíz pampina es mi identidad y mi orgullo; es la sangre que corre por mis venas, la historia de mi familia y el motor que me empuja a luchar cada día por Tarapacá.
Diputada y dirigenta nacional
En 2021 fui elegida Diputada de la República por Tarapacá, y hoy también soy Vicepresidenta Nacional del Partido Socialista. Desde el Congreso he impulsado más de un centenar de proyectos, entre ellos la Ley Socavones, la lucha por más especialistas en salud para el norte, la concreción de nuevos hospitales en Iquique, Alto Hospicio y el Tamarugal, la defensa de los derechos de las personas con TEA, y el reconocimiento de nuestra identidad pampina con el feriado de San Lorenzo.
Pero más allá de las leyes, mi compromiso ha sido estar siempre en terreno: recorrer las siete comunas, reunirme con vecinos, abrir las puertas de mi oficina y mantener la cercanía con quienes me eligieron.
El paso que viene
Hoy quiero dar un paso más: llegar al Senado para que Tarapacá tenga una voz firme y cercana en las grandes decisiones nacionales. Una voz que defienda nuestra identidad, que exija con fuerza los recursos que nos corresponden y que construya un futuro con más seguridad, salud y oportunidades.
Porque mi historia comienza en la pampa y se proyecta hacia el futuro. Porque soy madre, pampina y mujer de esta tierra. Y porque nunca dejaré de luchar por Tarapacá.
La vocación de servir
En los años noventa, junto a mi familia recorríamos de manera voluntaria y constante los campamentos y poblaciones de Iquique y Alto Hospicio, acompañando a las familias que más lo necesitaban. En Iquique estuvimos en sectores como Quinta Monroy y Laguna Verde; en Alto Hospicio eran decenas de tomas donde las familias levantaban sus casas con lo poco que tenían.
Llegábamos a esos barrios a apoyar en todo lo que hiciera falta: desde mejorar las condiciones básicas de vida, hasta organizar actividades solidarias para que las familias pudieran reunir el ahorro de sus viviendas. También compartíamos con los niños, llevando juegos, títeres, navidades, clases de informática y útiles escolares.
Fueron años que me marcaron para siempre, porque me enseñaron que la dignidad se construye en lo más sencillo, en lo cotidiano, y que nadie se salva solo.
El camino en el servicio público
Mi vocación me abrió paso en distintas responsabilidades dentro del Estado: trabajé en el Servicio de Salud de Iquique, en el SERVIU, en Bienes Nacionales y en el Instituto Nacional de la Juventud. Luego asumí como Seremi de Planificación de Tarapacá, cargo desde el cual impulsé políticas de desarrollo social y regional.
Más tarde fui electa Concejala de Iquique, donde defendí el derecho a los espacios públicos y promoví una ciudad más inclusiva. Y en 2014 asumí como Directora Regional del FOSIS, fortaleciendo programas que dieron oportunidades concretas a cientos de familias y emprendedoras de Tarapacá.